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Manolillu07

Manolillu07

Puntos:	14.209
Clasificación:	214
Adversarios vencidos:	87.793 (54.)
Tribu:	SdO

Pueblos (3)

Coordenadas

Puntos

Bimenes

544|530

2.179

Santa Eulalia de Oscos

542|530

7.638

Yernes y Tameza

541|523

4.392

Perfil

Texto personal

Corría el año 722.
Los moros se habían hecho con el control de la Península Ibérica en su totalidad, estableciendo un Califato en la ciudad de Córdoba y con la intención de continuar su progresión hacia la actual centro-europa.
Pelayo, un noble visigodo, había sido capturado por el imperio omeya, quién lo apresó en Córdoba. Sin embargo, al enterarse Pelayo de que el emir, Al Qama, quería contraer matrimonio con su hermana, este escapó hacia el norte esquivando a toda tropa musulmán existente y, ya en Asturias, trató de reclutar a todo cristiano resistente sabiendo que, tarde o temprano, las tropas musulmanas iban a ir a por él.
Apenás unos 200 hombres se unieron a su causa y, en efecto, el emir Al Qama mandó un ejército de 10000 hombres, dirigidos por el general Munuza, en busca de conquistar el último territorio que les faltaba por conquistar en la península, Asturias.

Los musulmanes iban confiados, pues allí solo había montañas apenas despobladas y escasez de recursos.
Por su parte, Pelayo, gran conocedor del terreno, esperó a los musulmanes en las montañas de Covadonga, cerca de Cangas de Onís. El camino a Covadonga era estrecho, sinuoso y lleno de trampas. Además, estaba completamente lleno de bosques plagados de árboles y grandes rocas que abrigaban el camino en pronunciadas laderas.

Pelayo, sabedor de que en el cuerpo a cuerpo nada podían hacer para combatir al ejército de Munuza, preparó una emboscada. Ordenó a sus hombres que bloquearan el camino con grandes troncos y rocas, mientras los 200 astures se escondían a ambos lados del camino, ocultos entre la maleza y los árboles, pero desde donde veían perfectamente el andar del ejercito musulmán, pues estaban a mayor altura que estos.

Los moros, al llegar al bloqueo del camino, trataron de apartar los obstáculos, mientras se ponían nerviosos al hallarse en territorio enemigo y, casi en su totalidad, no saber que ocurría en la cabeza de su pelotón, pues al ser 10000 guerreros solo unos pocos observaban que sucedía.

Ante el nerviosismo musulmán, Pelayo ordenó a sus guerreros el primer ataque desde las laderas. Lanzaron flechas que caían directamente sobre las cabezas musulmanan, ante la imposibilidad de estos de defenderse. Una auténtica escabechina. Cuando los de Munuza reaccionaron, respondieron disparando sus flechas contra la montaña, sin darse cuenta de que, bien la gravedad, que hacía que las flechas cayeran sobre sus propias cabezas, o bien el rebote de estas en las rocas de la montaña, que provocaban el mismo efecto, causaban que en vez de ser 200 flechas las que caían sobre sus cabezas fueran miles, provocando una auténtica masacre.

Cuando los de Munuza reaccionaron al fin, usaron sus escudos para frenar la caída de flechas. Con ello, protegieron a la cabeza de su ejercito de manera que estos pudieran desbloquear el camino. Y aquí, Pelayo dio otra orden trascendentar.

Habían acumulado rocas de gran tamaño en la cima de la montaña, y desde allí, y con los musulmanes sin poder ver lo que se les venía encima a causa de tener encima sus propios escudos, Pelayo ordenó dejar las rocas caer. Estas, aprovechando la gran pendiente de la montaña, cogían una velocidad tremenda, y caían sobre las cabezas del ejército de Munuza, que caían como moscas.

Estos, ante la pérdida de un gran número de su ejército, ordenaron la retirada. Pero Pelayo había tenido otra brillante idea, había bloqueado el camino también a la espalda del ejercito musulmán, con lo que estos no tenían forma de huida.
Una vez llegados al cierre, Pelayo ordenó nuevamente el lanzamiento de rocas y flechas.
Muy pocos fueron los musulmanes que lograron escapar, y los que lo lograron, fueron perseguidos durante toda la huida por los astures, los cuales habían recibido la orden de Pelayo de causar tanto miedo en ellos que nunca más tuvieran la intención de volver a intentar conquistar Asturias.

Es por ello que la Batalla de Covadonga es la salvadora de que España no sea hoy en día territorio musulmán.
Es por ello que Asturias es el único territorio que no ha caido nunca en manos musulmanas.
Es por ello que Pelayo es, fue y será siempre nuestro Rey.
Es por ello que Asturias es España y lo demás tierra conquistada.

¡¡PUXA ASTURIES!!

Logros de combate